Escribo este post en el día 20 de confinamiento. Si hace un mes me dicen que iba a estar así, no me lo creo. Mi vida ha cambiado de forma radical: las cosas que antes hacía cada día ahora no puedo hacerlas y mis rutinas han desaparecido.

Lo que más estoy necesitando en esta situación es la capacidad de adaptación. Y para ello me he fijado en las personas con las que trabajo: en los y las deportistas.

Los deportistas que alcanzan sus metas tienen dos cualidades: cómo perciben la realidad y su capacidad de adaptación. Y una es consecuencia de la otra.

Lo que determina tu capacidad de adaptación es la forma en la que percibes la realidad. Y es que, aunque la realidad sea la misma para todos, estamos confinados, cada persona reacciona de una forma diferente. Y cuidado, que no quiero caer en el positivismo fácil de sé feliz confinado y todo va a ir bien. Pero tampoco caigamos en el catastrofismo total.

El catastrofismo es una forma de pensamiento desadaptativo que nos hace mucho daño. Se trata de pensar que todo va ir mal, anticipar consecuencias terribles a una situación y estar seguro de que no habrá solución. ¿Te suena? ¿Estas teniendo algún pensamiento de este tipo estos días? Esto no va a acabar nunca, no podré soportar tanto tiempo confinado, mi vida entera se ha ido a la mierda…

Esta forma de pensar, ¿te ayuda o te dificulta adaptarte a esta situación? Te lo pone muy muy difícil porque provoca emociones y comportamientos que te hacen daño y te hacen sentirte mal. Es normal tener ratos malos y pensamientos catastrofistas. Pero si dejas que invadan y dominen tu cabeza, vas a añadir más estrés a una situación de por si estresante y eso te pasará factura.

¿Cómo entrenar la capacidad de adaptación?

El estrés del confinamiento esta provocado por la fuerte incertidumbre que estás viviendo. Y puedes responder con 4 tipos de emociones a esa incertidumbre: miedo, ira, ansiedad o tristeza. Por eso, para entrenar tu capacidad de adaptación, te propongo:

  1. Reflexiona sobre cómo te sientes estos días: ¿cuáles son las emociones que estas sintiendo más frecuentemente?
  2. Identifica que pensamientos te están provocando esas emociones: ¿qué es en lo que estás pensando? ¿piensas en cosas que están bajo tu control? ¿puedes hacer algo para cambiarlas? ¿qué puedes hacer para que te preocupe menos?
  3. Acepta las cosas que escapan a tu control y enfócate en aquello que si puedes controlar. Piensa en posibles escenarios que puedes tener cuando acabe el confinamiento: el mejor, el peor y el intermedio. ¿Qué pasa si ocurre ese escenario? ¿Cómo podrías afrontarlo? Piensa en las posibles soluciones, no sólo en los posibles problemas.
  4. Utiliza la imaginación positiva: deja volar tu imaginación y recorre recuerdos buenos de tu pasado e ilusiónate con las posibilidades de tu futuro. Dedica un rato al día a esto, es tu medicina anticatastrofismo.

Escribir este post me ayuda a entretenerme en mi día 20 de confinamiento. Sé y acepto que aún quedan muchos más. Me estoy adaptando, ahora me lo tomo diferente que cuando empezó. Siento que estoy desarrollando mi capacidad de adaptación, que puedo afrontarlo y que estoy aprendiendo. Y eso me gusta.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *